Para los que no estén familiarizados con esta parte de nuestro cuerpo, la fascia es un sistema de tejido conectivo que envuelve todos los órganos de nuestro cuerpo, desde músculos a tendones o células. Una red que cubre y conecta todas las partes de nuestro organismo. Antiguamente se pensaba que esta membrana era un órgano más bien pasivo, cuya única función era la de envolver y proteger, pero estudios posteriores han confirmado que es una parte viva compuesta por colágeno, elastina y diferentes células, además de un elevado nivel de agua.
La fascia está poblada de receptores y terminaciones nerviosas que pueden provocar dolor y el 80% de las molestias de espalda, con causa desconocida, pueden tener su respuesta en esta parte de la anatomía.
La estimulación mecánicas una buena práctica, a base de presiones mantenidas, para ir tratando que la fascia ceda y recupere su elasticidad, ya que cuando está dañada se vuelve rígida, puede producir dolor y alterar partes del cuerpo que, en principio, no parecen tener relación con la zona dolorida. Pero el estudio de la fascia es el ejemplo palpable de que todo en el organismo está conectado. Por ejemplo, a veces un dolor cervical puede ser causado por una retracción en una zona muy distante, como un pie. Esta terapia, además de acabar con muchos dolores y molestias, sirve también para mejorar la calidad del movimiento, el equilibrio, la sincronización, la elasticidad de las fibras y mejorar la postura.
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