Sin embargo, Arthur falleció recientemente y los dueños le enterraron en el jardín.
Entonces Oscar, sin entender muy bien lo que estaba ocurriendo, esperó hasta la noche, desenterró a su amigo y llevó el cadáver de vuelta a casa.
Introdujo a Arthur por la gatera y lo lamió para quitarle la tierra adherida a su cuerpo.
Cuando los dueños contemplaron lo que había ocurrido, tuvieron que enterrar al gato nuevamente, pero esta vez no dejaron que Oscar presenciara la ceremonia y compraron otro gato para que le hiciera compañía.
Introdujo a Arthur por la gatera y lo lamió para quitarle la tierra adherida a su cuerpo.
Cuando los dueños contemplaron lo que había ocurrido, tuvieron que enterrar al gato nuevamente, pero esta vez no dejaron que Oscar presenciara la ceremonia y compraron otro gato para que le hiciera compañía.
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