Según anunció Verónique Culliford, hija del dibujante que los creó —el belga Pierre Culliford, más conocido como Peyo— para festejar el evento 20 ciudades de 15 países europeos amanecerán invadidas por millares de estatuillas de pitufos. Aquél que encuentre alguna de estas estatuillas de resina blanca podrá pintarla a su gusto y participar en un concurso en el que los decoradores más originales recibirán un premio superpitufante.
En el mismo acto de presentación de estos actos conmemorativos, la viuda de Peyo, Nina Culliford, respondió a la pregunta de ¿por qué los pitufos son de color azul? Pues resulta que lo son por exclusión. “No podían ser verdes porque se habrían confundido con la vegetación. Rojo hubiera sido demasiado llamativo y amarillo poco afortunado. Sólo quedaba el azul”, precisó.
Nota sabionda: El nombre Pitufos se debe a que, cuando fueron publicados por vez primera en castellano (en 1969) en la revista Strong, uno de sus redactores, Miguel Agustí, necesitaba un nombre para españolizar el vocablo original Schtroumpf . Comoquiera que le recordaron el personaje de Patufet —figura de muy reducida estatura, emblemática del folklore catalán— decidió llamarlos pitufos.
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