Una pareja de recién casados decidió ir a Jamaica en viaje de novios.
Los dos primeros días que pasaron allí alguien entró en su habitación. Pero no se llevaron nada. Ni dinero ni ninguna otra cosa. De manera que se olvidaron del incidente. Se imaginaron que el ladrón debió verse sorprendido, nada más entrar, por su regreso. El resto de la luna de miel lo pasaron en grande. Pasaron horas en la playa, nadaron, navegaron por el océano… Todo era perfecto.
Y volvieron a casa. Más o menos una semana después fueron a recoger las fotos del viaje. Y mientras estaban mirando las fotos, con vistas a la playa, las puestas del sol y las olas, se encontraron entre ellas una de un nativo rastafari en el cuarto de baño de su habitación. Tenía los pantalones bajados y estaba vuelto de espaldas, y cuando la pareja lo estudió más detenidamente descubrieron que aquel tipo tenía el cepillo de dientes de la mujer metido en el único sitio de Jamaica donde nunca luce el sol.
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