- Eh, tu, ¿te gustaría oír un buen chiste de rubias tontas?
Inmediatamente se hace un silencio total en el bar y con una grave, profunda y áspera voz, la mujer que está sentada junto a él le dice:
- Antes de que cuente ese chiste, señor, y en atención a su minusvalía física que le impide ver, creo que lo justo es que le advierta de cinco cosillas:
1. Que la camarera es rubia,
2. que el portero del bar es una mujer rubia,
3. que yo mido un metro ochenta, peso 80 kilos, soy cinturón negro de karate y tengo el pelo rubio,
4. que la mujer que está conmigo es policía y es rubia 5. y que la dama que está sentada al otro lado de usted es desguazadora y también es rubia.
Y ahora que sabe eso, piénselo cuidadosamente: De verdad ¿todavía quiere contar ese chiste?
El ciego piensa durante un par de segundos, menea la cabeza y contesta:
- Naaa... Pues no lo cuento... ……. Paso de tener que explicarlo cinco veces!
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