Repetir un vestido podría suponer el fin de su carrera, una ofensa a los dioses, una cercanía a ese pueblo que "huele a ajo". Así que para evitarlo la ex Spice se gastó casi medio millón de euros en un gran vestidor con un sistema de registro que analiza qué modelitos se ha puesto y cuáles no debe volver a repetir en un tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario