El cielo está a punto de resquebrajarse. La burbuja de las obleas sacramentalesva explotar. Muchas congregaciones religiosas, que antes tenían el monopolio de estos barquillos sagrados, se están viendo abocadas a un ERE por falta de competitividad ante un mercado global. Incapaces de adaptarse a las fluctuaciones de la demanda, y a los pedidos de hostias a granel, las monjas ven como los propios sacerdotes dejan de pasar por sus ventanucas para comprar el cuerpo de Cristo directamente en los chinos.
Hace años que las tiendas de ‘todo a 100′ (muchas ni cambiaron el nombre con la llegada del euro) pasaron repentinamente de manos de sus antiguos propietarios a un regente de origen chino. Desde entonces se puede encontrar de todo entre sus estantes; las copias más estrafalarias y cutres que jamás se confundirían ni por asomo con el original o las de calidad y completamente idénticas al producto imitado, pero con un ligero de cambio de letras en el logo.
Hoy, el gigante amarillo ha dado un paso más y copia las hostias consagradas de nuestras religiones para hacer saltar el mercado parroquial por los aires. Y si son capaces de tocar algo tan divino como una hostia, que no harán con lo que viene. ¿Un pueblecito patrimonio de la UNESCO en Austria? Lo tenemos. ¿Una unidad del ejército estadounidense? ¡A la orden! ¿Manhattan? No hay problema, desde China lo pueden copiar TODO.
1. Hostias como panes
¿Están los chinos detrás del negocio de las obleas industriales que están inundando el mercado?: “No sabemos si se las compran a los chinos, pero desde luego no a nosotras”, afirman desde un convento de las Carmelitas en Málaga, que dicen haber detectado a unos empresarios que compran producto en internet y lo distribuyen por las parroquias de pueblos y ciudades pequeñas.
“Son mucho más baratas y serán peores, no lo niego, pero no es un producto por el que se reciban muchas quejas. Por hablar en plata, la calidad no importa demasiado, es un producto simplísimo. Nadie pregunta si son industriales o artesanales”, explica por su parte el responsable de una tienda religiosa en Madrid en esta investigación titulada Las hostias chinas acorralan a las monjas carmelitas.
Parece ser que lejos quedan los días en que el pan destinado a la consagración lo hacían las monjas en los conventos de clausura por la mañana, con agua, harina y a base de muñeca divina. Las hostias que eventualmente se transformarán en el “cuerpo de Cristo” se hacen a máquina y están hoy en día al alcance de la tienda de la esquina,; o si no quieres bajar a la calle, de un clic, en sitios tan grandes como Amazon o como HolyArt, que proveen todo tipo de materiales para la eucaristía, desde casullas y estolas hasta figuras para retablos. Y no del siglo XVII, precisamente.
2. Un idílico pueblecito austriaco
Hallstatt es una pequeña localidad austriaca de apenas 800 habitantes, situada en una región montañosa al pie de un lago. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Recibe más de 800.000 turistas cada año y no todos son de fiar.
Admirados por la belleza del lugar, arquitectos chinos han dedicado meses en secreto a fotografiar todos y cada uno de sus rincones. ¿La razón? Se han propuesto construir una réplica exacta en su país, lago incluido.
El proyecto, que ha indignado a los habitantes de Hallstatt, tiene previsto iniciarse en la provincia de Guangdong, al sureste de China. En un alarde de ingenuidad, descaro, o una combinación de ambas, fue la propia compañía china encargada del proyecto quien informó de su intención a las autoridades austriacas; e incluso les llegó a ofrecer un hermanamiento entre ambas ciudades. Dentro de poco, 800 orgullosos austriacos tendrán la réplica perfecta de su casa a miles de kilómetros de distancia. Inquietante.
3. Manhattan
La copia más megalomaníaca de los chinos se está fraguando en estos momentos a 160 kilómetros al sur de Pekín: una ciudad de rascacielos inspirada en Manhattan, apodada sin ningún pudor “la Manhattan china”.
La construcción de la ciudad financiera comenzó hace cuatro años en Yuipiu, una península de 4 kilómetros cuadrados cuya forma recuerda a la isla neoyorkina cerca del puerto marítimo deTianjin, y tardará al menos seis años más hasta finalizar sus más de 120 rascacielos, incluyendo el más alto de China para entonces (durante unos meses, al menos), una réplica del Rockefeller Center, un remedo de Central Park e incluso sus propias torres gemelas, a mitad de camino entre el homenaje y el sarcasmo: las Tishman Twin Towers.
4. Apple Stores
Ciudad de Kunming, suroeste de China. La alarma se desató cuando una bloguera estadounidense encontró 1 tienda falsa de la compañía Apple. Luego encontraron 4 más. En este caso, los establecimientos vendían productos originales de la marca de la manzana, pero carecían de licencia para ello. Los logos, el ambiente, los colores… Todos los elementos distintivos de estas tiendas se habían imitado a la perfección. De hecho, los mismos empleados desconocían que en realidad no trabajaban para el gigante informático.
Funcionarios del gobierno tomaron medidas al respecto, pero sólo cerraron 2 de los 5 locales, dado que los restantes ya habían solicitado una licencia como distribuidores de la marca.
5. Una “Unidad militar especial de reserva” del ejército estadounidense
Si generalmente las falsificaciones chinas se destinan al mercado occidental, esta vez el gol entró en propia puerta.
Yupeng Deng, un hombre de 51 años y nacionalidad china, residente en Los Ángeles, formó una supuesta unidad del ejército norteamericano integrada por inmigrantes recién llegados de su país, deseosos de conseguir la nacionalidad, que creían estar sirviendo en el ejército real.
Por un precio de entre 300 y 450 dólares, le ‘alistaba’ en el cuerpo; desfilaban por un parque de la ciudad y les llevaba a visitar el portaaviones retirado USS Midway, en el museo de San Diego, donde supuestamente iban a cumplir servicio. Más parecido a una vacaciones organizadas temáticas que a la dura vida de las fuerzas armadas.
Quien quería ascender lo hacía, por supuesto, pagando. Finalmente fue arrestado por falsificación de documentos públicos cuando ya contaba con una fuerza de 100 reclutas.
6. Una tienda Ikea
La famosa multinacional sueca de muebles tampoco se libra.
De nuevo en la ciudad de Kunming, donde encontraron una nave completa de 10.000 metros cuadrados y cuatro plantas, donde se copiaban ilegalmente los colores, ambiente y hasta la cafetería de la célebre cadena (sirviendo comida china). La única discordancia era el nombre, ‘Shi Yi Jia Ju’, muy parecido al nombre oficial de la cadena en el país asiático: ‘Yi Jia Jia Ju‘.
Lo demás, igual; o muy parecido: muebles baratos de diseño original y minimalista. Eso sí, los de la réplica eran por encargo mientras que los de Ikea te los llevas a casa tú mismo.
7. Disney World
Su nombre: Beijing Shijingshan Amusement Park (Parque de Atracciones de Shijingshan). Su aspecto, una copia cutre de Disney World.
Ubicado en Beijing, la capital, abrió en 1986. Pero no fue hasta hace 4 años cuando comenzó a incorporar una curiosa plantilla de personajes sacados directamente de las películas Disney.
El Pato Donal, Mickey, Minnie y otras caras conocidas se pasean por el lugar con nombres sutilmente cambiados (Minnie no es un ratón, es un gato de orejas largas, según el director del parque). Los decorados no se quedan atrás, hasta tenemos el castillo de Cenicienta cuyo original descansa indignado en el auténtico Disney World, en Florida.
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