Ha ocurrido en un parque de atracciones de España. Una familia londinense disfrutaba de sus vacaciones recorriendo las ciudades más importantes, museos, edificios, jardines, monumentos, restaurantes y a petición de las dos hijas del matrimonio, el Port Aventura.
Candy la hermana mayor convenció a Sabina, para montar en la atracción más fuerte del parque, el Ferrari Land. Sabina, a pesar de su gastroenteritis ocasionada por la diferencia de comidas y de horarios, aceptó a regañadientes y acompañó a su hermana. Con faldita y chanclas, agarraron fuerte la barrera del vagón y…empezó la pesadilla.
En la primera bajada, a casi 200km/h, Sabina notó que el estómago no iba bien y en el primer looping, no pudo controlar el esfínter y evacuó en estado casi líquido, volando las heces y salpicando a 14 personas que compartían la emocionante atracción, ocasionando que algunas de ellas se vomitaran encima al notar la caca ajena en su rostro, pelo y ropa.Todavía no se sabe si el Seguro de la atracción se hará a cargo de los daños causados
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