La popular canción forma parte de su álbum ganador del Grammy, el cual lleva el mismo nombre y es la perfecta, según los investigadores, para ahuyentar a los moscos debido a sus frecuencias extremadamente altas pero también bajas.
Las frecuencias bajas provocan el apareamiento de las moscas y mosquitos pues los mismos basan su actividad en vibraciones acústicas, por lo que con frecuencias altas ocurre lo contrario y su reproducción se detiene.
“La observación de que dicha música puede demorar el ataque del huésped, reducir la alimentación de sangre e interrumpir el acoplamiento proporciona nuevas vías para el desarrollo de medidas de control y protección personal basadas en la música contra las enfermedades transmitidas por el Aedes”, se lee en el estudio.
El estudio dedujo que tras someter a sesiones largas de 'Scary Monsters and Nice Sprites' a un grupo numeroso de mosquitos, sus comportamientos se ralentizaron, las hembras se alimentaron más tarde y con menor frecuencia que otras que no estaban expuestas a ningún sonido.
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