
“Todos hemos visto cómo el cura no puso la mano en la boca del bebé como se hace habitualmente para evitar que el niño trague agua”, ha asegurado el Dumitru Gaidau, padre del recién nacido. “No podíamos creer que solo le agarrase por el vientre y por la cabeza para sumergirle tres veces en el agua”.
Según la madre, el bebé “no podía respirar, su rostro se puso azul mientras comenzaba a echar espuma por la boca”.
El sacerdote, presunto autor de un homicidio imprudente, se ha defendido diciendo que no se debía interrumpir el acto y sumergió al bebé tres veces en el agua sagrada.
1 comentario:
que h.p!!!
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