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5/7/12

LOS SINDICATOS ALEMANES

Los sindicatos se financian básicamente con las contribuciones de sus miembros. Las cuotas de pago por ser miembro se sitúan alrededor del uno por ciento del salario bruto. La inversión de este capital en la economía genera produce nuevos fondos adicionales que los sindicatos utilizan para financiar sus actividades. La figura del liberado sindical no existe. Ninguno de los grandes sindicatos alemanes, tienen relación con alguno de los grandes partidos. El Estado fija, en primer lugar, las condiciones generales de trabajo. A continuación, los sindicatos y las empresas se sientan juntos para negociar, de forma autónoma, los convenios colectivos. Cuestiones como, por ejemplo, los salarios, la jornada laboral o los permisos y vacaciones. En el caso de que no lleguen a un acuerdo en alguna de las negociaciones, ambas partes pueden invitar a un tercer mediador imparcial. La Ley Fundamental garantiza la autonomía colectiva. A su vez, los trabajadores tienen también el derecho de participar en las decisiones internas de las empresas. El Estatuto de las empresas regula el derecho de coparticipación y cogestión de los empleados a través de sus representantes, así como el derecho de información y consulta. Esto garantiza que los empleados estén representados en los consejos administrativos de las compañías y por ende, puedan participar en la toma de decisiones Las centrales germanas abonan hasta los gastos de las huelgas Los sindicatos alemanes orgullosos de autofinanciarse ante los «pagados» UGT y CC OO No sólo los sindicatos alemanes cargaron contra algunas de las medidas de Angela Merkel, sino que también aprovecharon su visita a España para sacar los colores a las centrales de Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo. Michael Sommer, representante de los sindicatos alemanes, ayer, junto a Ignacio Fernández Toxo (CC OO) y Cándido Méndez (UGT), a los que dejó en evidencia por su forma de financiación. Fue Michael Sommer, representante de los sindicatos germanos, el encargado de dejar en evidencia la organización de Comisiones Obreras (CC OO) o la Unión General de Trabajadores (UGT), confederaciones a las que, sobre todo, sacó los colores en lo que se refiere a su financiación. Y es que, Sommer explicó que el movimiento sindical en Alemania se aglutina en torno a la Federación Alemana de Sindicato (DGB), con unos 6,8 millones de afiliados. Unos afiliados que pagan de su bolsillo todos los gastos derivados de sus actuaciones (incluidos los gastos de las huelgas) con sus cuotas de entre 20-30 euros al mes –aproximadamente el uno por ciento de su salario bruto–. Lo que les confiere un importante peso político por su independencia. Todo lo contrario de lo que ocurre en España. Las huchas de las dos principales centrales sindicales se llenan no sólo con las cuotas de sus afiliados –que oscilan entre 10 y los 15 euros–, sino que el Gobierno les llena de prebendas mes a mes en forma de millonarias subvenciones para todo tipo de proyectos, algunos de los cuales podrían chirriar a más de uno. Sólo en 2010, el Ejecutivo central regaló a los sindicatos unos 250 millones para, por ejemplo, proyectos tan llamativos como trabajos sobre moda y videojuegos, guías sobre su historia, ordenar sus archivos o, incluso, para sus jubilados (este último suponía casi 10 veces más de lo que recibió la Fundación Alzheimer en la misma partida). En lo que va de año llevan ya más de 27,3 millones.

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