El avispado propietario no comprobó los detalles del producto antes de realizar la compra, según indica un medio local. Simplemente se basó en las imágenes, en las que no se diferenciaba bien el elemento de mobiliario de un iPhone 7 original.
Lo único que le llamó la atención fue el alto precio de los gastos de envío pero no se molestó en averiguar el porqué.
Cuando le llegó pedido, el joven se quedó anonadado porque recibió una réplica gigante del teléfono móvil en forma de escritorio, aunque también podría ser una mesita de salón.
El precioso buró cuenta con una mesa que es clavadita a la pantalla del citado modelo, como el botón de inicio, e incluso dispone de un cajón que se asemeja al compartimento para la tarjeta sim. ¡¡¡Con todo lujo de detalles!!!
No podrá mandar mensajes a través de Whatsapp, pero seguro que escribe unas cartas y unas postales preciosas. 😉
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