Hemos crecido rodeados de juguetes irreales, como Barbie, Nancy o las nuevas Bratz, muñecas de curvas enfermizamente delgadas y extremadamente maquilladas que “supuestamente” son el canon de belleza, que tanto nosotros como nuestros hijos deben imitar.
Recientemente, una artista de Tasmania, ha decidido ofrecernos una visión más sana y real de las muñecas con las que juegan nuestros hijos, transformándolas y modelándolas para mostrar una belleza natural.
Para ello, la artista recupera muñecas de segunda mano, las desmaquilla, corta el pelo y viste con ropa que ella misma teje a semejanza de las utilizadas por mujeres del mundo real.
Descubre una transformación sorprendente que cambia por completo a la muñeca, haciéndola parecer más satisfecha, a la vez que le otorga una gran personalidad. Admira un juguete con el que te encantaría que tus hijos jugaran.
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