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29/8/10

ALGUIEN ME LO EXPLICA?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿?¿

Supongamos que José Smith, por ejemplo, hubiera publicado una revelación afirmando la aprobación celestial de la homosexualidad. Sus efectos habrían sido explosivos al grado de perjudicar la Restauración antes que empezara debido a la oposición de sus opositores y enemigos religiosos. En todo caso, como es bien sabido, José Smith no fue homofóbico, en absoluto.
En un funeral realizado en 1843 en Nauvoo, Illinois, José Smith consoló a un doliente de Lorenzo G. Barnes, que había muerto mientras servía una misión en la Gran Bretaña. El Profeta notó que un “amigo íntimo” del hermano Barnes estaba presente en la congregación ese día. Con el fin de enseñar un principio en particular de la resurrección, la cita indica que José declaró lo siguiente:
“[...] para llegar a entenderlo: es como el caso de dos amigos íntimos, que se acostaran en la misma cama, estrechados el uno en los brazos del otro mientras hablan de su amor, y se despertaran juntos de mañana. Podrían retomar inmediatamente su conversación de amor aun mientras se levantan del lecho; pero si ellos estuvieran solos, y en recámaras separadas, no podrían estar listos para saludarse el uno al otro como si hubieran estado juntos [...]”.
El Diario de José Smith guardado por Willard Richards contiene una versión similar, aunque más breve, de la misma declaración. Y lo mismo dice la Historia Documental de la Iglesia6. Es cierto que no se necesita inferir nada erótico de estos comentarios, pero incluso el lector más escéptico se queda sorprendido cuando descubre la naturalidad con la que el relato de Woodruff se refiere a la intimidad entre personas del mismo sexo. Y tampoco se pueden desechar las connotaciones de la cita arguyendo que son prueba de la ingenuidad del siglo XIX. La homosexualidad existía entonces como ahora. No olvidemos que la prensa del estado de Illinois estaba publicando en esos días acusaciones de fornicación, adulterio y sodomía contra los mormones7. El Profeta no pudo haber estado ajeno a tales rumores. Y si la “sodomía” es el pecado nefando de que se habla, entonces resulta absolutamente inexplicable que no haya hecho una enérgica declaración sobre ese tema, como lo hizo con tantos otros temas.
De hecho, incluso en la formal y revisada historia documental de la Iglesia, se han registrado palabras que deberían hacernos meditar a todos. Hablando acerca de la resurrección, con motivo de la muerte de Lorenzo G. Barnes, que ya se ha mencionado, se dice, en parte: “Cuán placentero es que los amigos reposen juntos, y unidos en los vínculos del amor, descansen y despierten en compañía el uno del otro y reanuden su conversación.”

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